La primera de la educación es agitar la vida, pero dejándola libre para que se desarrolle . . .   María Montessori

Antes de abordar los temas de Psicomotrocidad y Educación Física es importante que conozcamos el significado de dichos términos.

Iniciaremos pues, mencionando la etimología de la palabra Psicomotricidad, la cual esta formada por el prefijo "psico", que significa mente y "motricidad", que se deriva de la palabra motor, que significa movimiento. Por tanto, podríamos decir que la psicomotricidad hace referencia a la existencia de una relación directa entre la mente y el movimiento.

A principios del siglo XX la Psicomotricidad nace como concepto y teoría después del trabajo e investigaciones de distintos autores, tales como Vayer, Le Boulch o Dupré (este ultimo establece relaciones entre algunos trastornos psiquiátricos y los comportamientos motores).


Existen dos tipos de Psicomotricidad: La psicomotricidad gruesa, refiriéndose a todas aquellas acciones que realizamos con la totalidad del cuerpo como caminar, correr, saltar, girar, etc. y para las que se requiere el control de nuestro cuerpo en relación a sí mismo, con los objetos y el espacio, así como la coordinación de las diferentes extremidades del cuerpo manteniendo el equilibrio.

Y la psicomotricidad fina, la cual se refiere a todas las actividades o acciones que realizamos específicamente con las manos, y para las cuales debe tener control óculo-manual como son: escribir, dibujar, pintar, punzar, razgar, cortar, usar herramientas, cocer, hilvanar, coger los cubiertos, amasar, moldear, etc. La motricidad fina es fundamental en el desarrollo de las habilidades por lo tanto es importante estimular dicho desarrollo.

Por otra parte el concepto Educación Física  dentro del ámbito educativo es una disciplina científico pedagógica que se centra en el movimiento corporal para alcanzar un desarrollo integral de las capacidades físicas, afectivas y cognoscitivas del sujeto.

Es por ello que al llevar una practica constante de la psicomotricidad  el niño se verá beneficiado desde el inicio de su vida, logrando un óptimo y adecuado desarrollo psicomotor, entre los cuales podemos mencionar: 

Esquema e imagen corporal que, según Lapierre, son la representación mental que cada individuo hace de su propio cuerpo. Es la conciencia de identificación de su "yo" corporal, por lo cual desde el momento en que todo ser humano nace e incluso antes, adquirimos conciencia de nuestro cuerpo que mas adelante nos permitirá tener conciencia y representación del mismo; por ejemplo, al lavarnos las manos, iniciamos abriendo la llave del agua, posteriormente tomamos jabón, que ubicamos a un costado de la llave, tomándolo e iniciando el lavado de manos, dentro de esta actividad encontramos involucrados vista, movimiento, fuerza, equilibrio y tonicidad. Actividad en la cual estamos conscientes de nuestro cuerpo y de las actividades que puede realizar.

Tambien encontramos la adquisición de la lateralidad, la cual consiste en que el individuo conozca su lado derecho e izquierdo y su implicación en sus relaciones personales, consigo mismo y con su entorno, de acuerdo con Tasset este conocimiento debe ser desarrollado lo mas temprano posible ya que es considerado la base de su orientación espacial.

Otro factor importante es la coordinación motriz, que engloba control postular, función tónica; la cual nos lleva al correcto control tónico de la musculatura implicada en cada movimiento, los cuales realizados con la intervención del uso de músculos en acciones tales, como: marchar, correr, saltar, montar en bicicleta, nadar; a diferencia de la coordinación general y visomotriz las cuales requieren de mayor precisión a la hora de realizar acciones tales como: enhebrar una aguja, rellenar una botella de agua, sin que se derrame, manejar, una cámara fotográfica o el utilizar cubiertos a la hora de comer.

Ahora bien, la orientación espacial también es importante; se refiere al conocimiento de los otros y de los elementos del entorno a través del referente del yo; de igual manera la carencia de una orientación espacial correcta involucra notables dificultades en el aprendizaje de la lectura y escritura, ya que el niño es incapaz de reconocer correctamente entre algunas letra tales como: B, D, o Q y P, así como el uso correcto de espacios entre letras y palabras, llevándolo a una disminución notable y dificultad del proceso de lectura y comprensión del texto, por lo cual es necesario que el niño identifique izquierda, derecha, arriba, abajo, con el fin de completar con éxito su educación referente a la orientación espacial.

La respiración en educación física es de vital importancia, ya que favorece a la regulación propia, ayuda a una mayor concentración de cantidad de oxigeno en la sangre, permite la realización de actividad física de forma mas certera, facilita prolongar un esfuerzo físico duradero y establece pautas para una correcta respiración.

A la hora de realizar ejercicios de psicomotricidad debemos considerar el nivel de desarrollo evolutivo del niño, sus capacidades motrices y de expresión, así como el índice de atención y de fatiga. Para ello podemos iniciar con ejercicios tranquilos, de calentamiento o preparación y posteriormente ir aumentando paulatinamente la intensidad de acción, es decir, ejercicios más agitados donde se impliquen más esfuerzo y así de esta manera ir terminando con ejercicios cada vez más tranquilos hasta volver a la calma. 

Algunos ejercicios de psicomotricidad fina pueden ser:

• Diversión con pinzas

A través de esta actividad los niños se concentran, se divierten, ejercitan sus manos y desarrollan la coordinación ojo-mano, una habilidad esencial para dibujar, escribir y comer. 



Qué necesitas:
Unas pinzas livianas. (Quizás encuentres unas de madera entre tus utensilios de cocina).
Pompones de diferentes colores.
Un recipiente mediano de plástico para depositar los pompones.
3 o 4 tazas pequeñas de aluminio o plástico (o de cualquier otro material que no se rompa).

• Un divertido reto

Qué necesitas:
Un par de tubos de cartón vacíos de papel higiénico.
Bandas elásticas de colores.
Opcional: papel de regalo o de colores para forrar los tubos.

Pídele al niño que coloque tantas bandas elásticas como pueda alrededor de los tubos de cartón. 
Las bandas crean resistencia al extenderlas, así que deberá utilizar los músculos de sus manos para hacer la fuerza necesaria para colocarlas en los tubos. Esta actividad con bandas elásticas y tubos de cartón parece muy simple, pero para los niños puede convertirse en un divertido reto. 

Para practicar la Psicomotricidad gruesa puedes realizar los siguientes ejercicios:

• Cruzando obstáculos: puedes poner diferentes objetos, como bancos o maletas, para que el niño los cruce de un lado a otro. También puedes hacer uso de una cuerda o listón para realizar un laberinto para hacerlo saltar, agacharse, y de esta forma trabajar su motricidad.

• Juegos en el parque: esta alternativa integra en realidad muchos juegos y es que los parques infantiles ofrecen una amplia variedad de actividades para que los pequeños realicen. Allí pueden correr, saltar la cuerda, pasar por las barras, entre otras actividades que incentivan el equilibrio y permiten trabajar la psicomotricidad gruesa.

En la etapa infantil la psicomotricidad y la educación física juegan un papel relevante en el desarrollo físico y cognoscitivo del menor, las cuales se pueden desarrollar a través del juego y actividades lúdicas que sean divertidas y atractivas para el niño, sin dejar de lado la importancia de la participación que involucra tanto a padres de familia y educadores, quienes deberán motivar al niño para que éste desarrolle cada una de sus capacidades y habilidades físicas y psicomotoras, con el fin de lograr un desarrollo óptimo e integral.

Por: Aurora Alcaraz y Yesenia Galván